Ganó Tomas Tranströmer, uno de los más grandes poetas suecos
La Academia sueca eligió ayer al poeta Tomas Tranströmer para suceder a Mario Vargas Llosa en el Premio Nobel de Literatura y hacerse acreedor del honor y el millón y medio de dólares. Candidato hace décadas, es el eprimer poeta desde 1996 y el octavo escritor sueco en recibir el galardón. Tiene 80 años, quince libros publicados, su obra fue introducida en los Estados Unidos en los 60 y desde entonces se ganó el interés internacional: es uno de los poetas más traducidos del mundo –más de 60 lenguas–, y un referente de la literatura escandinava.
El jurado explicó que lo eligió porque “a través de sus imágenes condensadas y translúcidas, aporta un fresco acceso a la realidad”. Siete de sus libros fueron traducidos al castellano, entre ellos, Deshielo a mediodía y El cielo a medio hace r que constituyen una selección casi completa. Además, Tranströmer es compositor, pianista y traductor, fue psicólogo y trabajó rehabilitando a adolescentes. Estos, los datos duros.
Acá otro dato, uno que no podría llamarse duro: los lectores de Tranströmer lo consideran un poco profeta. Es uno de sus misterios. La cosa es así: en 1990 sufrió una hemiplejía que lo dejó con medio cuerpo paralizado y una afasia que le impide hablar. En 1974, 26 años antes de su enfermedad, en su poema “Báltico”, escribió: “ Entonces llega el derrame cerebral: parálisis en el lado derecho / con afasia, solo comprende frases cortas, dice palabras / inadecuadas ”.
Por eso, por la afasia y por su parálisis –efectiva y sorprendentemente del lado derecho–, fue su mujer Mónica quien contó la “felicidad” que sintió ayer el poeta: “No creía que podía llegar a vivir esto”, declaró a medios suecos. Agregó que su marido “sobre todo deseaba que esta vez el premio fuera para un poeta”, y que “seguro que el poeta Adonis (otro de los candidatos al premio) se lo merecía” también.
Otro escritor sueco, el famoso novelista Lars Gustafsson, describió la obra de su compatriota y amigo: es una poesía que habla “sobre el momento en que la niebla se disipa, cuando por un breve momento se rompe la cotidianeidad”. El español Carlos Pardo, el escritor y poeta que prologó El cielo a medio hacer , en declaraciones al diario español La Vanguardia, dijo que la del sueco es una poética “heredera de las vanguardias, de su capacidad imaginativa y libertad, pero también es una poesía muy directa”. Homero Aridjis, poeta mexicano de fama internacional, refirió la experiencia de leer a Tranströmer: “Tienes la impresión de que está inmerso en la vida sueca, con imágenes que evocan la noche, lugares desolados, casas solitarias que en cierto modo se asemejan a los personajes de las películas de Ingmar Bergaman”.
Para Tranströmer, que concedió una entrevista al diario El País, de España, lo suyo se define en estos términos: “Un poema no es otra cosa que un sueño que yo realizo en la vigilia. El sueño y el poema vienen de la misma persona. Tienen algunas leyes compartidas. Tengo una relación de mucho amor con el sueño. Me voy a la cama como si fuese a una fiesta. El despertar es casi siempre una desilusión”, explicó.
Luego de su afasia, sólo publicó tres libros. Desde 2004 dejó de escribir. Ahora sólo compone y toca obras de piano para mano izquierda, la única que puede mover.
Gabriela Cabezón Cámara
07/10/11
Clarín.com
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