miércoles, 10 de julio de 2013

DEJAR DE ESCRIBIR, DEJAR DE SUFRIR

El escritorio de Alice Munro. Dijo que no escribirá más (Ian Willms. The New York Times)
El mes pasado la autora Alice Munro -considerada un Chéjov de nuestros días- anunció que dejará de escribir. El año pasado lo hizo también Philip Roth. Ambos declararon sentir un enorme alivio al tomar la decisión. Aunque esto de jubilarse públicamente es una novedad en el mundo de los escritores, hay una larga tradición de abandonos a la literatura. Esta nota cuestiona si para un escritor comprometido es realmente posible dejar de escribir.

Andrés Hax
El lunes The New York Times reportó que la aclamada escritora canadiense de cuentos cortos, Alice Munro, anunció que no iba escribir más. Ya había amagado con el retiro voluntario en el 2006, cuando dijo en una nota al Toronto Globe and Mail: “No sé si tengo la energía para seguir haciendo esto”. Sin embargo, en 2012 sacó su libro número 14. Pero ahora, a punto de cumplir 82 años, dice que el abandono es definitivo. “Me siento un poco cansada, pero agradablemente. Tengo una sensación agradable de ser como cualquier otra persona”, le dijo a The New York Times. Agregó, sin embargo: “También significa que me he quedado sin la cosa más importante en mi vida. No la cosa más importante. La cosa más importante era mi marido, y ahora se han ido los dos.”

Cualquier persona que presta atención a las noticias sobre escritores ya habrá pensado en el ejemplo reciente de Philip Roth, que también anunció, el noviembre del año pasado, quedejaba de escribir. Sobre su computadora, en su departamento en Nueva York pegó un Post-It que decía: “La lucha con escribir se ha terminado.” En una entrevista, también con The New York Times, dijo: “Miro ese apunte toda las mañanas y me da una gran fortaleza.”

Munro, por su lado, dijo que el ejemplo de Roth –quien cumplirá 80 años en Marzo– le había inspirado muchísimo en tomar su decisión: “Pongo mucha fe en Philip Roth. Parece estar tan contento ahora.”

Hace sólo una generación alguien de ochenta años ya era un anciano, pero hoy hay varios ejemplos de personas de esa edad que están tan lúcidos, sanos y activos como una persona de la mitad de su edad. En literatura podemos citar a Cormac McCarthy, que a los 79 años está por estrenar una película cuyo guión escribió. James Salter, que con 88 años acaba de publicar una novela extraordinaria. William H. Gass, también acaba de publicar una contundente novela. Como Salter, tiene 88.

Todo esto nos lleva a una serie de preguntas abstractas: siendo un escritor de verdad, ¿se puede dejar de escribir?; ¿se puede jubilar –de veras– un escritor?; ¿escribir es sufrir? ¿escribir es una condena –y la manera de liberarse de esa condena– los dos al mismo tiempo?

Munro y Roth no son los primeros escritores en abandonar la literatura. Lo que los distingue es que han declarado su retiro públicamente. Viendo algunos casos históricos, tal vez podamos sugerir posibles respuestas a estas preguntas que acabamos de plantear.

El abandono más famoso –y más enigmático– de la vida literaria es el de Arthur Rimbaud (1954-1891). Entre los 16 y los 20 años escribió poemas que lo han ubicado en los puestos más altos del panteón de la literatura universal. Pero los últimos 17 años de su vida, aproximadamente, vivió otra vida, completamente amputado de la literatura. No hay una carta, o un ensayo, o un registro de una conversación que explique este abandono. ¿Se le fue el don? ¿Dijo todo lo que quiso o pudo en esos cuatro años dionisíacos de su juventud? No se sabe.

Menos dramático, pero casi igual de misterioso, es el caso de J.D. Salinger (1919-2010). Tras escribir casi 20 cuentos y una novela que aun hoy son venerados, abruptamente y sin aviso, alrededor de los 42 años, dejó de publicar. Vivió hasta los 91 años. Aún se especula y se espera que haya una gran obra secreta póstuma, porque lo único que salido a la luz hasta ahora es una serie de postales que escribió a un amigo en Inglaterra. Su contenido es tan banal que si no fuera por la figura que las escribió no tendrían ningún valor literario. Como Rimbaud, nadie puede afirmar por qué dejó de escribir. ¿Se cansó? ¿Le pareció una actividad impura espiritualmente? (Tenía un interés documentado en el budismo Zen). No se sabe.

Más cerca a nuestros tiempos está el penoso caso de David Foster Wallace (1962-2008). A los 34 años publicó una gigantesca novela –La broma infinita– que fue un éxito en todos los términos posibles: lo hizo famoso, lo estableció como El Escritor de su generación… Pero también le impuso un estándar para superar que le resultó insoportable. Temía que nunca podría escribir, nuevamente, una cosa parecida. De hecho, nunca lo hizo. Se suicidó a los 46 años, ahorcándose en su garaje –que usaba como estudio– encima de una prolija pila de carpetas que eran el manuscrito de la novela que se publicó de manera póstuma e incompleta, con el titulo El rey pálido. Aunque Foster Wallace abandonó la escritura de la forma más definitiva –la muerte– su biógrafo, D.T. Max asegura que estaba pensando seriamente en abandonar la literatura y tal vez dedicarse a cuidar perros abandonados. ¿Su suicidio fue, básicamente, una forma de dejar de escribir? No se sabe.

Continúa leyendo el artículo aquí

¿POR QUÉ CHOMSKY DESCONFÍA DE INTERNET?


Especial para BBC Mundo

El telégrafo y las bibliotecas públicas tuvieron un impacto mucho mayor en las comunicaciones y el acceso a la información que internet.

Eso le dijo a BBC Mundo Noam Chomsky desde el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), el mismo lugar donde en 1962 el informático John Carl Robnett Licklider concibió por primera vez la idea de una red global.

Activista político y ácido crítico del poder, Chomsky cree que las revelaciones del exanalista de inteligencia Edward Snowden sobre el espionaje en Estados Unidos son una prueba de que los gobiernos pueden aliarse con las grandes corporaciones para usar la red contra los ciudadanos.

Considera, además, que los lentes de Google son "orwellianos y ridículos" y que internet puede aislar y radicalizar a las personas.

El académico que revolucionó la lingüística y ha escrito más de cien libros reconoce que la red puede ser valiosa y él mismo la usa todo el tiempo, pero desde su oficina en Cambridge, Estados Unidos, desmitifica su impacto y se pregunta sobre sus consecuencias.

Internet vs.telégrafo

"Internet representa un cambio, pero ha habido cambios mayores cuando uno mira el último siglo y medio".
"La transición entre la comunicación que permitía la navegación a vela y la que permitió el telégrafo fue mucho mayor que la que generan las diferencias entre el correo tradicional e internet".
"Hace 150 años si mandabas una carta a Inglaterra, la respuesta podía demorar unos dos meses, porque viajaría en barco, y quizás ni siquiera llegaría a su destino".
"Cuando surgió el telégrafo la comunicación se volvió prácticamente instantánea, y ahora que tenemos internet es sólo un poco más rápida".

Internet vs. bibliotecas

"Hace un siglo, cuando se instalaron bibliotecas públicas en la mayoría de las ciudades estadounidenses, la disponibilidad de información y el incremento en la riqueza cultural fue ampliamente mayor que el que genera internet".
"Ahora no tienes que cruzar la calle para ir a la biblioteca, puedes tener acceso a información en tu propio living, pero la información ya estaba allí, cruzando la calle".
"La diferencia entre internet y una biblioteca es más pequeña que la diferencia entre la ausencia de una biblioteca y una biblioteca... En la biblioteca además al menos puedes confiar en que el material tendrá cierto valor porque pasó por cierto proceso de evaluación".
"Internet es una suma de ideas azarosas y es difícil distinguir entre lo que alguien pensó mientras cruzaba la calle y lo que otro estudió en profundidad".

¿Más unidos o más separado?

"Caminar hablando por teléfono es una forma de mantenerse en contacto con otros, pero, ¿es un paso adelante o un paso hacia atrás?"
"Yo creo que probablemente sea un paso hacia atrás, porque está separando a la gente, construyendo relaciones superficiales".
"En vez de hablar con las personas cara a cara, de conocerlas a través de la interacción, hay una especie de carácter casual de esta cultura en desarrollo".
"Conozco adolescentes que creen que tienen cientos de amigos, cuando en realidad están muy aislados".
"Cuando escriben en Facebook que mañana tienen un examen, alguien les responde 'espero que te vaya bien' y conciben eso como amistad".
"Todavía no he visto ningún estudio, pero pienso que la nueva tecnología está aislando a las personas en un grado importante, está separándolas unas de otras".

¿Más o menos abierta la mente?

"Internet entrega acceso instantáneo a todo tipo de ideas, opiniones, perspectivas, información. ¿Eso ha ampliado nuestras perspectivas o las ha hecho más estrechas?"
"Yo creo que ambas. Para algunos las ha ampliado. Si sabes lo que estás buscando y tienes un sentido razonable de cómo proceder, internet puede ampliar tus perspectivas".
"Pero si te aproximas a internet de manera desinformada, el efecto puede ser el opuesto".
"La mayoría usa internet como entretenimiento, diversión. Pero de la minoría que la usa para adquirir información, lo que se puede ver es que las personas localizan muy rápidamente sus sitios favoritos y los visitan porque refuerzan sus propias ideas".
"Entonces te vuelves adicto a esos sitios, que te dicen lo que estás pensando y no miras otros".
"Eso tiene un efecto de auto reforzamiento; el sitio se vuelve más extremista, y tú te vuelves más extremista y te separas más de los demás".

Sin secretos

"Sólo por propósitos comerciales, Google, Amazon y el resto están coleccionando enormes cantidades de información de las personas; información que yo creo que no deberían tener".
"Rastrean tus hábitos, tus compras, tu comportamiento, lo que haces y están tratando de controlarte dirigiéndote en determinadas direcciones".
"Y creo que lo están haciendo en niveles que exceden a lo que el gobierno hace. Así que el gobierno les está pidiendo ayuda".
"Los más jóvenes, muy a menudo no ven ningún problema en esto. Viven en una sociedad y una cultura exhibicionistas, donde colocas todo en Facebook, donde quieres que todo el mundo sepa todo sobre ti. Así que el gobierno también sabrá todo sobre ti".
¿Una tecnología neutra?
"Cuando los medios para hacer algo están disponibles y son fáciles de acceder, son tentadores y la gente, especialmente la más joven, tiende a usarlos".
"Internet es una tecnología que está disponible, hay mucha presión por usarla, todo el mundo quiere decir 'yo esto, yo lo otro'. Hay un componente de autovaloración".
"Pero también hay toneladas de publicidad... Internet se mercadea a sí misma como un medio para comunicarnos y conectarnos, y hasta cierto nivel, eso es cierto: puedo contactar amigos auténticos en diferentes partes del mundo, en India, en Medio Oriente, en Chile, en cualquier lugar".
"Y puedo interactuar con ellos de una forma que sería muy difícil por correo".
"Pero por otro lado, Internet también tiene el efecto opuesto. Es como cualquier tecnología: es básicamente neutra, puedas usarla en formas constructivas o dañinas. Las formas constructivas son reales, pero muy pocas".

Tomado de BBC Mundo