miércoles, 28 de diciembre de 2011

CUATRO EFECTOS SALUDABLES DE APRENDER IDIOMAS

Aprender un segundo idioma no sólo te resulta útil para acceder a un puesto de trabajo o viajar por el extranjero. Además tiene poderosos efectos sobre el cerebro, según demuestran recientes estudios científicos.


Plasticidad cerebral. Tras examinar a 105 personas de las que 80 eran bilingües, científicos del University College de Londres (Reino Unido) detectaron que conocer un segundo idioma modifica de manera positiva la estructura del cerebro, en concreto el área que procesa información. En particular, mejora la llamada plasticidad cerebral, potenciando el aprendizaje y la memoria.


Retrasa el Alzheimer. Ellen Bialystok, profesora de Psicología de la Universidad de York en Toronto (Canadá), realizó un estudio con 450 pacientes con Alzheimer, la mitad de los cuáles había hablado dos lenguas la mayor parte de su vida, mientras el resto sólo manejaba una. Bialystok encontró que las personas que hablaban más de un idioma empezaron a mostrar los síntomas de la enfermedad entre 4 y 5 años más tarde.


Más concentrados. De acuerdo con una investigación publicada el año pasado en la revista Psychological Science, los niños que aprenden más de un idioma tienen más capacidad de concentrarse y focalizar su atención, ignorando las interferencias que pueden distraerlos.



Gimnasia mental. Cuando una persona bilingüe cambia de un idioma a otro está ejercitando su cerebro, según ha podido comprobar Judith Kroll, del Centro de Ciencia del Lenguaje de la Universidad Penn State (EE UU). Esta "gimnasia cerebral" le permite manejarse mejor en situaciones de multitarea, es decir, trabajar en varios proyectos al mismo tiempo.

Tomado de Muy Interesante

IMITAR EL ACENTO DE OTRA PERSONA NOS AYUDA A ENTENDERLA

Fotografía de Muy Interesante


Según un reciente estudio publicado en la revista Psychological Science, cuando dos personas hablan tienden a modificar su modo de hablar para acercarse. “Incuso imitan la postura corporal del sujeto que tienen delante, por ejemplo el modo de cruzar los brazos”, explica Patti Adank, investigadora de la Universidad de Manchester y coautora del trabajo. Pero además, Adank ha comprobado que cuando imitamos el acento de las personas con quienes hablamos mejora mucho la comprensión del mensaje. Según la investigadora, aunque no solemos llegar al extremo de imitar totalmente un acento en nuestras interacciones cotidianas con otras personas, porque podría ser interpretado como burla, nuestro cerebro inconscientemente modula la voz para que se parezca más a la de nuestros interlocutores.

Los resultados coinciden con los aportados por otro estudio de la Universidad de California, dado a conocer en la revista Attention, Perception, & Psychophysics el año pasado, que sugería que, de manera inconsciente, imitamos el modo de hablar de aquellos con quienes conversamos incluso si en lugar de escucharlos solo les leemos los labios. “Esta imitación no intencionada puede servir como 'pegamento' social, ayudándonos a empatizar con los demás”, concluía Lawrence Rosenblum, coautor del trabajo.


Tomado de Muy Interesante