lunes, 31 de diciembre de 2012

¿POR QUÉ "LOS MISERABLES" Y "ORGULLO Y PERJUICIO" SON ETERNAS?



Según Adam Gopnik de The New Yorker, el estreno en cines de Los miserables es un acontecimiento digno de celebración porque significa que la “continuidad de la cultura” persiste, “que las viejas historias pueden seguir siendo las mejores historias”. La novela de Victor Hugo es un buen ejemplo. También Orgullo y prejuicio de Jane Austen, que el próximo mes de enero cumple su segundo centenario sin haber perdido un ápice de frescura. Todavía es pronto para saberlo pero, nunca se sabe, y quizás alguno de los escritores y libros protagonistas de 2013 sean capaces de igualar las hazañas de Hugo y Austen... Empezamos.

ESTADOS UNIDOS
¿Por qué Los Miserables y Orgullo y prejuicio son eternas? ¿Por qué no nos cansamos de leer estas viejas historias? Dos artículos en The New Yorker yThe Smart Set celebran la vigencia de ambas:
- Sobre la perdurable grandeza de Los miserables de Victor Hugo: "No es una sorpresa que Los miserables todavía sea capaz de seducir a la audiencia. Sólo Dickens, con Oliver Twist e Historia de dos ciudades, puede competir con Hugo en esa categoría de poeta popular y gran escritor. Dickens, con todo su radicalismo, siempre se encontró cómodo dentro de la sociedad reformista de la Inglaterra victoriana, pero no fue el caso de Hugo, quien escribió desde el exilio en una época de tiranía en Francia. Dickens fue el narrador de una nación; Hugo, la conciencia de un pueblo. […] Hugo creía en la contradicción, se deleitaba en ella, se regocijaba en ella: pensaba que nos mostramos como verdaderamente somos cuanto más hemos de enfrentarnos a nuestra doble naturaleza. Este tipo de caracterización es la esencia de la novela clásica del siglo XIX, pero esa ambivalencia generalizada es muy difícil de dramatizar, y parte de la sabiduría del drama popular consiste precisamente en simplificarla". (vía The New Yorker)
- Sobre ese "fenómeno posmoderno" llamado Orgullo y prejuicioPaula Marantz Cohen argumenta en diez puntos por qué la novela de Jane Austen sigue siendo tan popular. Un par de razones:
1) Su potencial visual: "La cultura posmoderna es visual y aunque Jane Austen sea una consumada estilista, sus novelas son extraordinariamente cinematográficas, sobre todo Orgullo y prejuicio. Es como si Austen lo tuviera todo controlado: la trama es sencilla y fácil de traducir a la pantalla; hay protagonistas enérgicos y secundarios jugosos; los escenarios de época son relativamente sencillos de recrear y de apariencia suntuosa y los diálogos son abundantes y concisos”. Además, “si Jane Austen fuese una marca y Orgullo y prejuicio su producto mejor vendido, Colin Firth sería el comercial estrella".
2) Tiende un puente entre alta y baja cultura: "En una sociedad muy dividida [como la americana], Orgullo y prejuicio es una obra que une. Es cierto que la novela exige un cierto nivel de competencia lectora y una paciencia que muchos estadounidenses no tienen, pero ver las adaptaciones cinematográficas es una actividad verdaderamente igualitaria. Las películas atraen a quienes normalmente ven películas subtituladas y a quienes suelen optar por la comedia romántica". (vía The Smart Set)
Dennis Lehane, autor de Mystic River o Shutter Island, ha perdido a su perra Tessa. ¿Qué ofrece como recompensa? Quien la encuentra será uno de los personajes de su próxima novela. Así lo anunció en su página de Facebook. (vía Jacket Copy)
ESPAÑA
Ya saben cuáles son los mejores libros de 2012, y el miércoles podrán leer en Papeles Perdidos la lista de los escritores y libros que protagonizarán 2013.
FRANCIA
Pullus Nicolellus, es decir, la traducción al latín de El Pequeño Nicolás es un pequeño gran éxito de ventas. Aymar du Chatenet, director de IMAV editions, lo tuvo claro: en Francia más de 500.000 alumnos estudian latín y era hora de darles textos más modernos y cercanos y menos Catilinarias. (víaLe Nouvel Observateur)

REINO UNIDO
El número de librerías británicas se ha reducido a la mitad en sólo siete años: en 2005 había 4.000, en 2012, 1.878. ¿Las causas? El auge del libro electrónico y el descenso de las ventas porque los consumidores prefieren comprar sus libros en supermercados o en internet, aseguran en The Telegraph. En el mismo reportaje varios escritores lamentan que se pierda la “experiencia de la librería”, pero otro artículo publicado en The New York Times sugiere que no hay de qué preocuparse porque serán las bibliotecas las que ocupen su lugar: “Cada vez más [las bibliotecas] adaptan sus colecciones y servicios en función de la demanda de sus usuarios, a quienes empiezan a denominar clientes”. (The Telegraph y The New York Times)

NORUEGA
Uno de los libros más vendidos en Noruega, junto a Cincuenta sombras de Grey o las últimas novelas de Jo Nesbø o Ken Follet, es la Biblia. Sí, una nueva traducción del texto sagrado al noruego ha vendido 157.000 ejemplares en los últimos catorce meses. Según Dag Smemo, de la Norwegian Bible Society, este inesperado éxito se debe a la calidad de la traducción. “La gente asegura que es muy buena, lo dicen tanto colectivos conservadores como seculares. No sólo la compran los cristianos, también los ateos. La Biblia es importante para nosotros, para nuestra cultura, para la nación”. La clave está en que esta nueva versión es más fácil de leer porque utiliza un noruego moderno y, además, es más fiel a los textos originales en griego y en hebreo que las traducciones anteriores. (vía The Guardian)

ISLANDIA
En Islandia el mejor regalo de navidad siempre ha sido y será un libro. Se publican más libros per cápita que cualquier otro país, aseguran en NPR, y la mayoría de ellos se venden entre septiembre y noviembre. Es una tradición denominada Jolabokaflod –literalmente, la avalancha navideña de libros- y arranca con la publicación del Bokatidindi, un catálogo con todas las novedades editoriales que se distribuye gratuitamente a todos los hogares islandeses. La Jolabokaflod se remonta a la Segunda Guerra Mundial, época en la que imperaban fuertes restricciones para todos los artículos de regalo. Los controles sobre la importación de papel no eran tan severos, de ahí que el libro se convirtiera en el regalo preferido de los islandeses. (vía NPR)

Tomado El País

UNA HERIDA ABIERTA EN CHILE: VÍCTOR JARA Y LA MEMORIA PARA DESMEMORIADOS


El cantautor, que recibió 44 impactos de bala, fue asesinado en 1973, días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet.


Fotografía Fundación Víctor Jara

El Tribunal de Apelaciones de Santiago ha ordenado la detención de ocho exoficiales del Ejército chileno que habrían estado implicados en la muerte del cantautor Víctor Jara, que falleció en el Estadio de Chile en 1973.
El juez Miguel Vásquez ha ordenado la detención del coronel Hugo Sánchez Marmonti y del teniente Pedro Barrientos Núñez. Otros seis soldados también deberán ser arrestados como cómplices del homicidio por su papel en la muerte del cantautor días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet en 1973.
Fotografía Fundación Víctor Jara
Vásquez ha ordenado la captura internacional de Barrientos Núñez, el único de los militares que se encuentra en el extranjero, según ha informado el diario La Tercera.
El juez ha señalado en el auto de procesamiento que el 11 de septiembre de 1973 tropas del Ejército sitiaron la Universidad Técnica del Estado y detuvieron a miles de alumnos, docentes y personal de la institución, entre los que se encontraba Víctor Jara.

Vásquez explica que la mayor parte de los detenidos acabaron en el Estadio Chile --en 2003 se renombró con Estadio Víctor Jara-- custodiado por diversos efectivos del Ejército. Jara fue torturado en dicho edificio y el 16 de septiembre fue ejecutado.
Fotografía Fundación Víctor Jara


El cantautor recibió un total de 44 impactos de bala y fue arrojado a una de las calles de la capital chilena. La mujer de Jara, Juana, reconoció el cadáver de su marido en un tanatorio y tras enterrarle en un cementerio de la ciudad, huyó en secreto del país.

Tomado de El País

LA GUERRA DE LAS LENGUAS


La guerra de las lenguas promete grandes réditos electorales a quienes la promueven, pero el uso partidista de algo tan importante para cualquier ciudadano como el instrumento que le sirve para expresar lo que piensa o lo que siente, es jugar con fuego. El ministro José Ignacio Wert ha encendido la hoguera con el proyecto de ley de mejora de la calidad de la educación, interpretado en Cataluña como un ataque a la inmersión lingüística en catalán. En el lado opuesto, fuerzas políticas contrarias a la inmersión han saludado que la nueva ley quiebre el predominio del catalán como lengua vehicular de la enseñanza y obligue a que el castellano también lo sea. El pulso entre Cataluña y el Gobierno central está en su punto álgido, y aunque el ministro trata de quitar hierro a su envite, nadie olvida que en sede parlamentaria expresó su propósito de “españolizar a los escolares catalanes”. Con esa frase proclamaba que la lengua sirve para adoctrinar en un nacionalismo y que eso puede y debe hacerse desde la escuela. Es decir, lo mismo de lo que él acusa a la Generalitat.
“Se puede adoctrinar en cualquier lengua”, afirma Albert Branchadell, profesor de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad Autónoma de Barcelona. “La frase de Wert implica una asimilación entre lengua y nación. Esta asimilación puede darse también, y de hecho se da, en sentido inverso: hay también un discurso catalán que trata de convertir el castellano en una lengua invasora, cosa que tampoco es”. “La lengua es un signo de identidad, pero también puede verse como parte de un proyecto de construcción nacional, como la expresión de un nacionalismo de signo opuesto, y que son irreconciliables. En estos casos es inevitable entrar en un juego acción-reacción”, observa Xavier Vila, profesor de la Facultad de Filología de la Universidad de Barcelona.

Fuentes: Generalitat de Cataluña y Ministerio de Educación. / EL PAÍS
En esta dialéctica de nacionalismos enfrentados, el debate está tan politizado que abundan las falsedades y se dan por ciertas premisas que no son tales. Por ejemplo, que el castellano está siendo barrido de Cataluña. O que los escolares catalanes no conocen bien la lengua de Cervantes. “El habla es una expresión de sistemas ideológicos y cuando se hace un uso partidista, surgen problemas”, señala Fernando Ramallo, profesor de la Facultad de Filología de la Universidad de Vigo. “Deberíamos buscar un consenso básico, pero en España tenemos un déficit de partida: que el centro no ha aceptado la diversidad lingüística de la periferia como una riqueza, y eso ha provocado una reacción de defensa que en ocasiones ha adoptado también formas dogmáticas. Ni el PP ni el PSOE han tenido una concepción clara de esa diversidad. El resultado es que se ha aplicado una política que hace invisible la realidad lingüística de España”.
La paridad de ambas lenguas en la escuela no garantiza el bilingüismo 
Esa realidad es que el 40% de la población vive en territorios bilingües, pero una parte del restante 60% que es monolingüe siente el uso de las otras lenguas como una agresión. Pudiendo hablar todos en castellano, para qué hablar gallego o catalán, piensan. “El problema”, añade Ramallo, “es que se ha territorializado el bilingüismo y con ello se ha despojado a los bilingües de su derecho cuando salen de su territorio”. Luisa Martín Rojo, catedrática de Lingüística en la Universidad Autónoma de Madrid, lo explica así: “Hemos optado por un modelo territorial como el de Bélgica, en que cada lengua tiene su espacio; en nuestro caso, se reconoció el bilingüismo de algunas comunidades, pero se mantuvo intacto el monolingüismo de otras. De manera que las lenguas de un territorio no son visibles en el resto y eso hace que una parte de la población pueda ignorar que España es una realidad multilingüe. Eso provoca un desequilibrio en el prestigio de esas lenguas y tensiones innecesarias con el castellano”, afirma. Martín Rojo ha investigado los paisajes lingüísticos de Madrid —de los que ha hecho un interesante vídeo— y ha comprobado que Madrid es una ciudad multilingüe, pero curiosamente, tienen mucha más presencia algunas lenguas europeas y lenguas de la inmigración, que las lenguas de otras autonomías.
Los expertos consultados creen que en España hubiera sido mejor aplicar un modelo como el vigente en Canadá o en Finlandia, donde las lenguas que conviven son oficiales en todo el territorio, aunque no se exige su conocimiento a todos los ciudadanos. Aquí, la protección de las otras lenguas depende exclusivamente de sus Gobiernos autónomos. Pero, ¿cómo se protege una lengua? “Uno de los factores clave para recuperar y mantener con vitalidad una lengua es que su uso no se circunscriba a la familia, al hogar, sino que esté normalizada en todos los ámbitos, incluidos los de prestigio”, explica Luisa Martín Rojo. “Todas las políticas lingüísticas han buscado evitar la diglosia, situación en la que una de las lenguas se considera culta y goza de privilegios sociales, mientras la otra tiene un uso limitado y carece de prestigio, de modo que se asocia a falta de cultura, y puede incluso llegar a avergonzar a sus hablantes”.
El uso partidista del instrumento de convivencia es jugar con fuego
Cuando se llega a este punto, la lengua está en peligro de desaparición inminente. Para recuperarse, tiene que volver a las esferas de prestigio: la escuela, la Administración, la justicia, la producción científica. El que pueda mantenerse viva no depende tanto del número de hablantes, aunque es importante, como del papel que tiene en el proyecto sociocultural de su comunidad. Martín Rojo señala el hebreo como un caso paradigmático: los judíos hablaban yiddish o hablaban la lengua del país en el que vivían y utilizaban el hebreo solo en las celebraciones religiosas. Cuando se creó el Estado de Israel, el hebreo fue revitalizado en el marco de un proceso de construcción nacional y hoy es una lengua absolutamente viva.
En la batalla por la supervivencia están el catalán, el gallego y el vasco. Y en todos los casos, el sistema educativo es un instrumento esencial. Galicia, Valencia, Baleares y Cataluña, aplican modelos universales, es decir, que no segregan a los alumnos en función de la lengua de aprendizaje, pero Cataluña es la única que ha implantado un modelo de inmersión, en que la lengua vehicular es el catalán. El resto aplican modelos bilingües. El del País Vasco es el único modelo que segrega a los alumnos en tres opciones: inmersión en castellano, inmersión en euskera y línea bilingüe, con asignaturas en ambas lenguas. Este modelo está ahora en revisión. En cualquier caso, el euskera no es comparable al catalán o al gallego, que tienen una gran proximidad al castellano. Y sin embargo, pese a la dificultad del euskera, la línea de inmersión en castellano no es la opción más demandada, lo cual indica que los padres, a excepción de los que están muy de paso, quieren dar herramientas a sus hijos para una vida social y profesional plena en una sociedad que es bilingüe.
Cataluña es la única región con un modelo de inmersión total
El modelo catalán de inmersión no ha sido una imposición de las esferas de la política. Lo propuso al principio de la Transición el movimiento de renovación pedagógica que lideraba la fundación Rosa Sensat. El objetivo era garantizar la igualdad de oportunidades a todos los niños porque el desarrollismo franquista había provocado la concentración de la población inmigrante en barrios periféricos, y corrían el riesgo de convertirse en guetos sociales. Permitir dos vías de escolarización en función de la lengua hubiera podía provocar una fractura social que restara oportunidades a los hijos de los inmigrantes. Con la inmersión, se conseguía en cambio un doble objetivo: proteger el catalán, haciendo que fuera también una lengua de prestigio, y garantizar la cohesión social dando a todos los niños la oportunidad de dominar ambas lenguas por igual.
El objetivo de cohesión social se ha alcanzado plenamente. Eso nadie lo discute. Y el catalán ha progresado pero, contra lo que muchos creen, sigue estando por detrás del castellano. Respecto del inicio de la Transición, los progresos son evidentes. En 1986 sabían hablar el catalán el 64% y escribirlo el 31,6%. Pese al esfuerzo de la inmersión, la radiografía que ofrece el Informe de política lingüística de 2010 todavía muestra un claro predominio de la lengua de El Quijote sobre la deTirant lo Blanc. Así, mientras el castellano lo entiende y lo habla más del 99% de la población, el catalán lo entiende el 94,6% y lo habla el 78,3%. Y mientras el 95,6% de los residentes saben escribir en castellano, solo el 61,8% sabe escribir en catalán. Si el objetivo es el bilingüismo efectivo, no está tan cerca como parece, y no porque el castellano retroceda, como creen muchos, sino por la dificultad que, a pesar de todo, tiene el catalán para alcanzar el estatus de igualdad al que aspira.
Hay un gran equívoco sobre esta cuestión. La premisa de que el bilingüismo en el aprendizaje garantiza al final el equilibrio entre las dos lenguas no es cierta. Así lo afirman todos los sociolingüistas consultados. Cuando se reclama que los escolares tengan tantas asignaturas en castellano como en catalán no se está favoreciendo el bilingüismo. La diferente posición de partida en la vida social y en los medios de comunicación hará que la lengua más fuerte, en este caso el castellano, se imponga a costa del retroceso de la más débil. Aplicar un bilingüismo estricto en el aula no garantiza el equilibrio ni el bilingüismo en el resultado educativo. “Eso perjudica especialmente a las clases más bajas, que no tienen otros instrumentos que la escuela para formarse”, advierte Luisa Martín Rojo. “Si al acabar el colegio no son competentes en ambas lenguas, tendrán menos oportunidades de trabajo. Y si son hijos de inmigrantes, esto supondrá que tendrán que ocupar las mismas posiciones subordinadas en el mercado de trabajo que ocuparon sus progenitores recién llegados”.
El 95% de catalanes sabe escribir el castellano; solo el 61%, el catalán
Este componente es especialmente importante en un momento en que Cataluña debe integrar nuevos contingentes de inmigrantes extranjeros. Pese a la primacía del catalán como lengua vehicular de la enseñanza y la Administración, la habilidad para entender, hablar y leer en catalán se ha mantenido estable, pero el porcentaje de población que sabe escribir catalán ha aumentado 10 puntos desde 1996. Se ha conseguido contrarrestar el retroceso que hubiera significado la incorporación de más de 1,5 millones de inmigrantes que no conocían la lengua y eso ha sido gracias, sobre todo, al modelo de inmersión lingüística. “En los últimos 10 años, Valencia ha recibido también más de un millón de inmigrantes. Con el sistema rigurosamente bilingüe que allí se aplica, entre 2000 y 2009 el conocimiento del catalán ha retrocedido 10 puntos mientras que en Cataluña se ha mantenido, a pesar de la inmigración”, indica Xavier Vila.
“¿Quién puede discutir los resultados de la inmersión?”, pregunta Fernando Ramallo. “Si se hubiera explicado bien, la inmersión en una lengua sería aceptada, porque garantiza el dominio de las dos lenguas, aporta recursos adicionales para los hablantes, favorece la cohesión y es más efectivo en la protección de la lengua minorizada. Si no tuviera ventajas, tendría contestación social, y también científica. Y ni una ni otra se producen en Cataluña”, concluye. Tampoco es cierto, como a veces se dice, que los niños escolarizados en catalán tengan un menor conocimiento del castellano que los de Valladolid o Palencia. Lo demuestran tanto las pruebas de acceso a la Universidad como las evaluaciones que realiza el Ministerio de Educación, en las que los resultados de los niños catalanes son similares a las de los niños de comunidades de habla castellana.
La oposición ha arreciado en los últimos años por la insistente campaña de los medios nacionalistas españoles con presencia política y mediática en Madrid. Albert Branchadell sitúa su origen en 1995, cuando el PP decidió incorporar la defensa del castellano en su programa como reclamo electoral bajo el liderazgo de Alejo Vidal-Quadras cuando la inmersión ya se consideraba consolidada. En el inicio de la Transición, fuerzas residuales del franquismo y algunas familias habían reclamado en los tribunales el derecho a escolarizar a sus hijos en castellano, pero el Tribunal Constitucional había avalado el modelo de inmersión en 1994. “Las posiciones de Vidal-Quadras no tuvieron entonces mayor trascendencia”, recuerda Branchadell. “En 1996 se produjo el pacto del Majestic entre CiU y PP. Eran los tiempos en que Aznar hablaba ‘catalán en la intimidad’ y en ningún momento se cuestionó la política de inmersión. Ni siquiera cuando el PP obtuvo la mayoría absoluta en la siguiente legislatura. Ha sido después, al irrumpir en la escena política partidos que han hecho del nacionalismo español y de la defensa del castellano su caballo de batalla. Ahora el PP ha descubierto que la guerra de la lengua le da réditos electorales fuera de Cataluña”.
Y ahí estamos, en un nudo que costará deshacer.
Tomado de El País