Tomado del MINEDU |
miércoles, 31 de octubre de 2012
martes, 30 de octubre de 2012
LA PRUEBA PISA Y LOS LOGROS DE LOS ESTUDIANTES
Aquí les dejo un video en el que se explica la prueba PISA.
Por otra parte, para aquellos que vayan a profundizar en los paradigmas educativos, este es el video de Ken Robinson en el que expone las razones por las cuales las escuelas matan la creatividad de los estudiantes.
¿Se promueve la creatividad en las escuelas?
EL SISTEMA EDUCATIVO FINLANDÉS Y EL CASO DEL PERÚ
Aquí les dejo otros videos para entender el sistema educativo finlandés y el caso peruano.
viernes, 26 de octubre de 2012
LA EDUCACIÓN SECTARIA Y SUS REPERCUSIONES EN LA INFANCIA
Dejaré algunos videos que luego discutiremos en clase.
¿Habría algún tipo de sectarismo religioso que afectaría a los niño peruanos en el sistema educativo?
¿Por qué se afirma que los niños son víctimas de la mala educación?
jueves, 25 de octubre de 2012
EDUCACIÓN DESNUTRIDA
Educación desnutrida
(Editorial de El Comercio, miércoles 24 de octubre de 2012)
No será
posible elevar el nivel educativo sin una política conjunta de lucha contra la
desnutrición.
Para
nadie debe ser sorprendente que, en la última encuesta nacional-urbana de Ipsos
Apoyo publicada por El Comercio, casi el 90% de los
encuestados considera que la educación básica en nuestro país puede ser
calificada entre regular y mala. Lo único que sorprende, en realidad, es que
algunos pocos la consideren buena. Después de todo, nuestro país ocupa el
deshonroso puesto 138 de 144 en cuanto a calidad de la educación primaria,
según el último Índice de Competitividad Global (2012-2013), y el Ministerio de
Educación parece estar más preocupado en hacer concesiones que tranquilicen al
Sutep que en lograr una verdadera reforma del sistema educativo.
La
lista de reformas pendientes en este sector es bastante larga. Pero hay un tema
del que no se habla mucho, que ha sido muy descuidado en el pasado y que es
hasta más determinante para el aprendizaje de los niños que el monto invertido
per cápita en el rubro educación: la capacidad con la que el niño llega a las
aulas para aprehender lo que ahí le enseñan, la misma que depende, en primera
instancia, de que haya estado bien nutrido en su primera infancia.
La
desnutrición crónica es un problema gravísimo en el país. Al 2011 aún seguía
afectando a más de 488 mil niños de entre 0 y 5 años (es decir, al 15,2% de esa
población). Según el Instituto Peruano de Economía, los niños desnutridos
crónicos doblan la cantidad de pobres extremos. Y si bien es cierto la
incidencia ha caído paulatinamente gracias al crecimiento económico (entre el
2004-2005, más de 785 mil niños de entre 0 y 5 años eran desnutridos crónicos),
esta aún es preocupante sobre todo por sus implicancias. Estudios como el de
Santiago Cueto, Ernesto Pollit y Juan León, por ejemplo, demuestran el vínculo
entre privaciones en la niñez relacionadas con la pobreza (dentro de las cuales
la desnutrición cobra un cariz importante) y la capacidad del niño para
aprovechar una buena enseñanza.
La
moraleja es clara: el problema de la desnutrición es parte del problema de la
educación. Sin solucionar el primero, no podrá tener mayor efecto lo que se
haga con el segundo. Esto, en nuestra opinión, exige un reenfoque de los
programas sociales que les permitan abordar juntos a los problemas que están
unidos en la realidad. Hasta hoy, concretamente, nuestros programas
alimentarios tenían como objetivo combatir la desnutrición, pero no velaban por
su relación con las demás variables que se ven afectadas por esta, como es el
caso de la educación. Y hay que tener en cuenta que este tipo de programas
sociales son de los que más fallas presentan; por ejemplo, en el 2009, el
porcentaje de filtración en el Vaso de Leche y en los comedores populares
alcanzaba el 50%, lo cual es un verdadero escándalo. Otros triste ejemplo es el
del (afortunadamente difunto) Programa Nacional de Asistencia Alimentaria. Solo
lograba atender a 16% de los niños menores de 3 años en situación de pobreza,
entregaba únicamente 48% de canastas completas; sus desayunos y almuerzos
escolares llegaban menos de la mitad de los días programados y en el 2010 tenía
una tasa de filtración para la distribución de papilla de hasta 46% en áreas
urbanas.
Si
el Gobierno quiere cambiar esta historia, tiene que hacer que el Ministerio de
Educación desarrolle sus políticas de la mano con el Ministerio de Desarrollo e
Inclusión Social (Midis). La ministra Trivelli, afortunadamente, parece ser
consciente de esto, pues el lunes en Canal N comentó que el nuevo programa del
Midis, Qali Warma, estará entregando alimentos, en tres años, a todos los
alumnos de inicial y primaria. Paralelamente, señaló la señora Trivelli, el
Midis trabajaría de manera conjunta con el sector Educación en otros ámbitos,
como el programa Cuna Más, que atiende a niños de 0 a 3 años de edad.
Ojalá
esta iniciativa tenga éxito y no termine como los programas alimentarios del
pasado. Esperemos que el ministerio que encabeza la señora Salas no pierda de
vista su parte en esta tarea. De otro modo, no solo los niños quedarán
desnutridos, sino también nuestra educación.
Tomado de El Comercio
¿Cómo debería ser el sistema educativo peruano según el video?
¿Qué debería hacer el Estado para cambiar la situación descrita en el video?
Veamos otro video sobre el caso de la educación en México y Finlandia.
jueves, 11 de octubre de 2012
EL CASO DE ISLANDIA
Indudablemente Islandia es un lugar especial. Me atrevo a comenzar este artículo con dicha afirmación pues no solo considero a este país como uno de los sitios naturalmente más hermosos del planeta (recordemos que aquí las fuerzas naturales han establecido un pacto de intimidad con la fantasía), sino por que en los últimos cinco años, esta pequeña isla se ha encargado de brindarnos una épica lección en cuestión de finanzas y dignidad.
Tras consolidarse como uno de los países con mayor bonanza económica en 2003 la banca local fue privatizada. Se emprendió una cruzada por digitalizar la mayor cantidad de operaciones con el fin de que, aprovechando los bajos costos operativos de la banca en-línea, se pudiesen ofrecer intereses suficientemente jugosos para atraer la inversión extranjera. Sin embargo, con la llegada de inversionistas foráneos, particularmente británicos y holandeses, la deuda de los bancos comenzó a crecer vertiginosamente. Y a finales de ese mismo año esta equivalía ya a 200 veces el producto interno bruto del país, mientras que para finales del 2007 había crecido hasta representar un 900% del PIB.
Llegó el 2008 y junto con él la hiper-mediatizada ‘crisis global’. Fue entonces cuando reventaron los tres grandes bancos de Islandia (Landbanki, Kapthing y Glitnir), y tuvieron que ser nuevamente nacionalizados. El valor de la divisa local, la corona islandesa, se desplomó un 85% con respecto al Euro, y a fines de ese año la isla tuvo que declararse en bancarrota. Ante esto la presión de la ‘comunidad internacional’, encabezada por el FMI y la Unión Europea, no se hicieron esperar. Para rescatar la economía, o mejor dicho para sanar la deuda contraída por la banca privada, Islandia solicitó un préstamo por 3,500 millones de dólares, los cuales tendrían que ser cubiertos por la ciudadanía –cada uno de los 320,000 habitantes de este país pagaría alrededor de cien euros al mes durante 15 años, considerando una taza de interés de 5.5%–. Fue entonces cuando una épica historia de soberanía comenzó a materializarse.
Las protestas civiles provocaron la caída del gobierno en turno y se convocó a elecciones extraordinarias. Una coalición de izquierda asumió las riendas pero al poco tiempo de triunfar parecía dispuesta a someterse ante la presión internacional. Las manifestaciones de indignación se recrudecieron al punto de que, finalmente, el nuevo gobierno se abstuvo de ratificar el modelo fiscal que obligaría a los ciudadanos a absorber la deuda de los banqueros y se convocó a un referendum.
Ante las inéditas circunstancias que otorgaban a la población el poder real de decidir sobre su futuro (por cierto, la ilusión que sistemáticamente ofrece la democracia alrededor del mundo pero que en un plano fáctico está lejos de garantizar), la comunidad internacional arreció la presión, y tanto Inglaterra como Holanda, países donde operaban los bancos que poseían la deuda, amenazaron con aislar económicamente a la pequeña isla. Incluso, según cita Deena Stryker en su artículo Why Iceland Should be in the News But It’s Not, el presidente islandés Olafur Ragnar Grimsson, acusó: “Nos advirtieron que de rehusar las condiciones de la comunidad internacional, nos convertiríamos en la ‘Cuba del norte’. Pero si hubiésemos aceptado, entonces nos habríamos convertido en el Haití del norte”.
Con un rotundo 93% de los votos en contra la población islandesa rechazó absorber la deuda de los bancos. Luego de la votación el FMI, fiel a su tradicional bullying, congeló el préstamo anteriormente pactado. Respaldado por la población, el gobierno inició las investigaciones pertinentes para dar con los verdaderos responsables de la situación, es decir, aquellos altos ejecutivos de los bancos involucrados cuya voracidad, característica esencial de ese gremio, se había traducido en una histórica crisis para el país. “Islandia hizo lo correcto asegurando que su sistema de pagos continuaría funcionando, mientras que los acreedores, no el contribuyente, asumieron las pérdidas de los bancos”, explicó en su momento a Bloomberg el premio Nobel de Economía y profesor de Columbia, Joseph Stiglitz.
Aprovechando las circunstancias del momento, los islandeses decidieron montarse sobre la ola de empoderamiento que habían generado, y procedieron a exigir un rediseño de la constitución –la anterior, redactada en 1918 tras lograr independizarse de Dinamarca, era una copia prácticamente idéntica de la Carta Magna danesa–. Pero el reescribir la constitución no respondía a una simple euforia anárquica, en realidad era un paso más para consolidar la iniciativa inaugurada con el reciente referendum: se trataba de mermar el decisivo poder financiero que la comunidad internacional ejercía sobre el país (fenómeno presente en prácticamente todas las naciones).
La nueva constitución pasó por un inaudito y estimulante proceso de creación. Se designó a 25 destacados ciudadanos para que acuñarán la estructura básica, mientras que los detalles fueron definidos, literalmente, por la propia población. Recordemos que está fue la primer constitución ‘open source’, ya que fue redactada en Internet, mediante un archivo abierto y disponible para que cualquier ciudadano islandés pudiese incidir, a través de sugerencias y comentarios, en su elaboración. En resumen, los islandeses participaron activamente, y presenciaron en tiempo real, en el nacimiento de su nueva constitución.
Aunque esta crónica pareciera más un fragmento extraído de un cuento que describe el utópico renacimiento de una nación, lo cierto es que el caso islandés es un ejemplo palpable de cómo una nación fue capaz, a pesar de la poderosa ‘comunidad internacional’ –esa entidad tan abstracta como influyente, que súbitamente emerge para definir el rumbo de las naciones en momentos decisivos, sometiendo su supuesta soberanía a costa de agendas financieras de corte global–, de redefinirse de acuerdo a un simple criterio: el beneficio real de la población en cuestión.
Curiosamente, a pesar de haber sido afrontada de acuerdo a las medidas que tradicionalmente sugieren, o mejor dicho imponen, organismos como el FMI y el Banco Mundial, la crisis financiera de 2008 no solo se mantiene vigente sino que amenaza con recrudecer, especialmente si consideramos el caso de Europa, región que ya presenció la bancarrota de un país, Grecia, y que observa como un puñado de economías, entre ellas España e Italia, se aproximan al despeñadero. Y precisamente por está razón es que hoy más que nunca el caso de Islandia merece ser analizado, difundido y, sobretodo, considerado como un modelo replicable.
El caso de Islandia no es solo un ejemplo de cómo sortear a la mafia financiera, aquella encabezada por corporaciones, instituciones bancarias, y organizaciones internacionales que rigen las finanzas del planeta. Se trata también de una inspiradora muestra de que, cuando una ciudadanía es conciente, y canaliza dicha conciencia a través de la unidad y la organización, puede colocar su bienestar por encima de cualquier agenda política o económica. Hoy diversos países están aún a tiempo de rechazar las rutas tradicionales de ‘supervivencia financiera’, aquellas que apuntan a que la ciudadanía se haga cargo, mediante castigos fiscales adicionales y medidas que vulneran directamente su calidad de vida, de los excesos cometidos por una despreocupada élite.
Resulta evidente que hoy la sociedad está harta, más que nunca, de los viejos espejismos que subsisten gracias a abstracciones como democracia y soberanía. Pero el punto es que de nosotros, de la población, depende exclusivamente la posibilidad de que estos simulacros, estos hasta ahora inalcanzables oasis, se materialicen en una historia de autónoma soberanía y bienestar compartido.
Y si al predicar este potencial futuro alguien te increpa, advirtiendo que el idealismo suele ser poco rentable, entonces podrás remitirte a un ejemplo fáctico, un pulso de inspiración tangible: el caso de una tan pequeña como fantástica nación, que desafió al sistema y que hoy, en lugar de seguir sumido en la resaca financiera propia de los países ‘rescatados’ por la comunidad internacional, puede regresar su atención a temas de mucho mayor relevancia (por ejemplo los elfos, las hadas, o sus sublimes paisajes naturales). Islandia.
Tomado de Pijamasurf
jueves, 4 de octubre de 2012
CONTRA EL MODELO ECONÓMICO QUE PROMUEVE EL CONSUMISMO
Durante la conferencia multinacional Río +20 el presidente de Uruguay José Mujica dio un inolvidable e inspirador discurso en contra del paradigma socioeconómico del consumismo. Mujica, quien es uno de los únicos presidentes desalineados al sistema dominante que a la vez mantiene legitimidad y lucidez, llamó luchar por otra cultura: “no se puede continuar indefinidamente gobernados por el mercado, se debe de gobernar al mercado”, dijo. Habló también sobre la dinámica del deseo insaciable impuesto por la lógica de la sociedad de consumo, y pidió humanizar nuestra relación económica con el planeta, lo cual es sobre todo un problema de voluntad política. “Cuando luchamos por el medio ambiente”, pidio Mujica recordar que “el primer elemento del medio ambiente se llama la felicidad humana”.
Tomado de Pijamasurf
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